Ves que se aleja lentamente, que todo se acabó. Ella ya se va, y esta vez es para siempre.
La cagaste, ya no tiene remedio, y ahora te toca asumir que el juego terminó y perdiste la partida. Puede que la partida fuese importante para ti, o puede que no, pero el caso es que la has perdido y que ella ya no volverá.
Te sientes impotente, y en el último instante intentas hacer algo: gritas, lloras, la llamas, la pides perdón… pero ella ya está demasiado lejos, ya no puede oírte.
Sí, se ha ido. Ya no puedes hacer nada. Pero mira el lado bueno, aprendiste una lección, la perdiste a ella pero la próxima vez sabrás jugar mejor tus cartas y ganarás la partida.
O NO.
:)
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