Porque la vida no es un cuento de hadas, porque nosotras no somos princesas ni existe un sapo que se convertirá en príncipe.
Porque la felicidad es efímera, dura lo que dura un beso, y después se desvanece igual de rápido que llego, y luego nunca vuelve a ser lo mismo.
Porque los problemas son problemas, y siempre los habrá, y nos quedaremos noches en vela dandole vueltas sin que sirva para nada.
Porque los cambios existen, y no se puede retroceder en el tiempo, y, por mucho que los odie están ahí y no se pueden cambiar de nuevo.
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