Perdida en un sin fin de pensamientos, romances fracasados y lágrimas de esas que acuden sin llamar... Cansada de cuentos sin finales felices, de amores rotos y miradas que se clavan como puñales... Sola y rodeada de gente a la vez, triste y con una sonrisa en la cara... Ya ni ella misma sabe como se siente, ya no sabe si su vida es un fracaso o simplemente aspira demasiado alto. Cansada, perdida, harta, furiosa... ya no sabe lo que quiere ni a quien quiere...
Es esa sensación extraña que invade su cuerpo la que la hace sentir pequeñita, chiquitita, insignificante a los ojos de los demás... Los piropos la incomodan porque siempre creerá que se están riendo de ella, cuando por algún momento la felicidad se apodera de su cuerpo, ni siquiera es capaz de disfrutarla, porque sabe que pronto llegará algo que la nuble. No es pesimista por que sí, es pesimista porque el mundo, SU MUNDO le ha obligado a serlo...
Es esa sensación extraña que invade su cuerpo la que la hace sentir pequeñita, chiquitita, insignificante a los ojos de los demás... Los piropos la incomodan porque siempre creerá que se están riendo de ella, cuando por algún momento la felicidad se apodera de su cuerpo, ni siquiera es capaz de disfrutarla, porque sabe que pronto llegará algo que la nuble. No es pesimista por que sí, es pesimista porque el mundo, SU MUNDO le ha obligado a serlo...
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