Y de repente te encuentras tirada, sola y llorando. Y no sabes porque, no hay ninguna razón aparente y no tienes porque estar así. Pero hay algo que te oprime el pecho, que no te deja seguir y que te hace que pases las noches así, tirada en tu cama sin poder parar de llorar e imaginando otra vida, momentos que nunca pasaran porque no existen, y jamás existirán: solo son fruto de tu imaginación.
Y vuelves a pensarlo. Esa pregunta que todos te hacen y no sabes responder: ¿Qué te pasa? ¡Como quieren que la respondas si ni tu misma lo sabes! Solo sabes que cada día que pasa te hundes más, porque cada día que pasa ocurre algo que te hace empeorar. Pequeños detalles en los que solo tu te fijas y que solo sirven para hacerte aun más daño. No sabes porque te hacen daño, solo sabes que lo hacen. Tampoco sabes porque si tanto daño te hacen siguen dándoles vueltas, solo sabes que lo haces. Y la única explicación que se te ocurre antes de dormirte entre lágrimas es la de siempre: eres tonta, masoquista y estás sola, y tienes que acostumbrarte de una puta vez.
Es deprimente, lo se, pero es la verdad. Y duele pensar que así será tu vida, días fingiendo una sonrisa y noches sacando todo el dolor en la soledad de tu habitación, para poder volver a repetir el proceso al día siguiente. Una, y otra, y otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario